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LA HISTORIA DE LA FREGONA
Por Manuel Jalón Corominas

8.- Se inicia la fabricación en serie y primeras ventas comerciales.

En enero de 1957 comencé la fabricación industrial con una primera serie de 200 unidades. Mi hermano Pepe me prestó quince mil pesetas para adquirir en Logroño una prensa excéntrica marca Adarola.

Ya, cuando estábamos construyendo los prototipos solíamos recibir de vez en cuando la visita de Enrique Falcón Morellón, representante de accesorios de automóvil, que intrigado por lo que "se cocía" en la trastienda, entraba siempre que venía a recoger pedidos de Auto Comercial.

Cuando comprobó que aquellos aparatos funcionaban, solicitó la representación para Aragón y Navarra que encantado acepté porque era una persona sagaz y uno de los agentes comerciales de mejor reputación en Zaragoza.

En la constitución de Manufacturas Rodex, S.A. entraría también como socio y siempre fue miembro de su Consejo de Administración.

El éxito de la fregona desde el principio se debió sin duda a él ya que desde el primer momento, en el mes de marzo de 1957 nos trajo pedidos cada día, el primero de Ferretería San Martín, y durante muchos meses la demanda estuvo por encima de la producción.

En las demostraciones a comercios solía ayudarle su hijo José María, por entonces de unos doce años, que desde el primer momento ha vivido toda la historia de la fregona.

Enrique Falcón me transmitió, además, la base de mis conocimientos comerciales, ya que yo no tenía ninguna experiencia comercial previa.

El trabajo me desbordó y ofrecí a Emilio Bellvis Montesano, que ya venía colaborando conmigo, que participara como socio industrial en la explotación del negocio Rodex hasta que se constituyera la sociedad anónima que llevaba en proyecto. Su hija Mari Gloria, por entonces de unos dieciséis años, ayudo en tareas administrativas y su mujer y su hijo colaborarían esporádicamente principalmente durante las primeras asistencias a Ferias de Muestras.

En mayo de 1957 comenzamos a vender en Madrid y poco después en Barcelona. El primer cliente en Madrid fue Galerías Preciados y en Barcelona Radio Adriano de la calle Muntaner, 463.

En octubre de 1957 participamos por primera vez en la Feria de Muestras de Zaragoza con un sorprendente éxito, debido a las demostraciones que hacían dos señoritas. Cuando no las hacían, la gente pasaba delante del stand sin pararse porque no se imaginaba para qué podrían servir los objetos que se exponían.

A finales de 1957 teníamos ya ocho representantes en España: En Aragón y Navarra, Enrique Falcón Morellón; en Barcelona, Andrés Tusell; en Bilbao, Pedro García Nogueras; en Madrid Fernando Ferreira y J. Ramón Bahamontes; en Mallorca Miguel Cortés Forteza; en Almería, Salvador Rodríguez Puertas y en Sevilla, José Eduardo L. Garrido.

Puede decirse que el esfuerzo por educar a fregar de pie en España fue imponente pues debieron fregarse todas las ferreterías y droguerías de España y convencerles para que lo hicieran a su vez con sus clientes. Casi fue un cambio antropológico ya que se trataba de cambiar una postura que se venía adoptando desde el tiempo de las cavernas.

Dos ejemplos son ilustrativos. Cuando logró Falcón que la Droguería Choliz, en Hernán Cortés, 2 de Zaragoza, ya desaparecida, expusiera por primera vez una fregona Rodex modelo "Doméstico" en un escaparate, me sitúe cerca, disimulando, para comprobar el efecto que producía.

Después de esperar un buen rato se detuvo un matrimonio y la esposa interrogó a su marido: "mira que cubo tan raro, ¿Para qué debe ser?" Y el marido contestó: "Para automóviles".

También a principios de 1957 se presentó una señora en el taller con una fregona en la mano diciendo: "Vengo a que me cambien este cacharro por otra cosa o me devuelvan el dinero, porque mi marido me lo ha regalado y como ustedes saben las mujeres no fregamos de pie, fregamos de rodillas".

Por eso comprendí enseguida que las ventas pasaban por demostraciones previas y para tener la posibilidad de hacerlas había que despertar primero la atención y curiosidad de las señoras.



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