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LA HISTORIA DE LA FREGONA
Por Manuel Jalón Corominas

7.- Construcción de prototipos y prueba de su eficacia.

Después del verano de 1956 alquilé la trastienda de un comercio de accesorios de automóvil "Auto Comercial" que un maestro mecánico del taller de Aviación que yo dirigía, Emilio Bellvis Montesano tenía en Zaragoza en la calle Capitán Portoles, nº 2. Pagaba 450 pesetas mensuales más los gastos de energía motriz y alumbrado.

Con un mecánico de motores de aviación, Jesús Pérez Huerta que con 85 años sigue residiendo en Zaragoza y un chapista también de aviación, Juan Madorran y la eficiente colaboración de Bellvis Montesano, construimos por las tardes y por mi cuenta tres prototipos de diferentes fregonas, cuyos planos había dibujado en la Residencia de Oficiales.

Un modelo que llamé DOMESTICO, igual al que había utilizado en los EEUU aunque algo más pequeño pero, sobre todo, con mejor terminación y adaptado a los materiales y medios disponibles. Otro modelo con el mismo sistema de escurrido de rodillos, un poco mayor, sobre una base con ruedas, que le denominé BATEA. Y otras fregonas para grandes superficies con un nuevo sistema de escurrido, en el que se oprimían las mopas, de mayor tamaño, entre dos planchas, por medio de un sistema de palancas actuado con la mano. Hicimos dos versiones que llamé "SIMPLEX" con un gran cubo y TANDEM con dos cubos, uno para agua limpia y otro para agua sucia, ambas versiones con ruedas. Este sistema de escurrido lo había registrado previamente como Modelo de Utilidad Nº 60.300 el 30/04/1957.

Desde el principio funcionaron todos estupendamente.

El modelo DOMESTICO sería después el primero utilizado en domicilios, comercios y oficinas y los modelos SIMPLEX Y TANDEM en hospitales, cuarteles y grandes espacios, a partir de marzo del año siguiente, 1957

Una pequeña serie del modelo DOMESTICO se distribuyó a finales de 1956 entre conocidos míos y de Bellvis Montesano. Comprobamos su eficacia pero también la dificultad que suponía iniciar su utilización sin haber recibido una previa instrucción, por insólito que ahora nos pueda parecer, pero una vez cogido el tino nadie quería desprenderse de él.

Por eso, en los primeros folletos que diseñe personalmente a principios de 1957 concedí la mitad de su espacio a explicar su uso con viñetas ilustrativas. Por propia experiencia sé que rara vez se leen las instrucciones y somos más proclives a intentar el manejo antes que leerlas, pero he aquí que en Agosto de 1959 recibimos una carta de Lidia Doumeng de Sant Cugat del Valles, de la que entresacamos: "…Desde que aparecieron los anuncios en la Vanguardia, de "Rodex", tuve la intención de comprar un equipo, porque comprendí enseguida por el grabado, que debía ir bien. Hace dos días que lo tengo y debo confesarle que es tal como me lo imaginaba… y con gran sorpresa por mi parte veo que las instrucciones están equivocadas…"y a continuación explica, según ella, la mejor forma de utilizar la fregona.



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