LA HISTORIA DE LA FREGONA
Por Manuel Jalón Corominas
18.- Constitución de Manufacturas Rodex, S.A.
El 9 de octubre de 1958 se constituye la compañía, promovida por Manuel Jalón Corominas, con un capital de 1.415.000 pesetas, 825.000 en efectivo y 590.000 en aportaciones no dinerarias de Manuel Jalón Corominas y Emilio Bellvis Montesano. Manuel Jalón aportó la marca Rodex nº 314.470, los modelos de utilidad de fregonas nº 57.190, 60.299, 60.300, 60.301 y 60.302, la licencia a su favor de Martí Mascarell y la maquinaria nueva que había adquirido en 1956, 57 y 58 todo ello valorado en 375.000 pesetas que representaban el 25,8% del capital y ser con ello el primer accionista. Como se comprobó posteriormente la valoración de su aportación lo fue muy por debajo de su valor real considerando los beneficios que aportarían a la sociedad, todo lo contrario de la valoración que el propio Jalón hizo de la aportación de Bellvis Montesano, y que los demás socios aceptaron muy generosamente, por encima de su valor real, de herramientas y maquinaria muy vetustas y por la solicitud de un modelo de olla a presión que fue valorado en 130.000 pesetas y que daría lugar al primer fracaso de Rodex, que también los tuvo, aunque mucho menores que los éxitos.
También más adelante me referiré a Emilio Bellvis Montesano y estas ollas a presión, por las manifestaciones contrarias a la realidad que hace su hijo Emilio Bellvis Martín a los medios de comunicación y en el mismo Internet, sin duda debido a su ignorancia.
El domicilio Social se estableció en la calle Princesa, 17 de Zaragoza donde en el mismo año se adquirió un local de 145 m2 que pocos años después se ampliaría a 450 m2., antes de trasladarse la empresa a la factoría construida en 1966 en la carretera de Logroño que después de sucesivas ampliaciones ocupa 9.000 m2
Además de los señores Jalón y Bellvis, los socios fundadores fueron el primer representante, Enrique Falcón Morellón, el primer cliente catalán, hermanos Buenaventura y Domingo Rull Gascó, Manuel Carqué Gascón por entonces amigo de Bellvis y después mío, y mis primos y amigos, Isidro y Jorge Claret Corominas, Indalecio Velasco Villamar, Enrique Miquel Romero, Santiago Vila de Despujol, Carlos Riviere Ribas, Francisco Carbó Batet, Carmen Seriñana Bayer, Ana Mani, Carlos Dezcallar Alomar, Manuel Soucheiron Caze, Jorge Vilardaga Roig y José María Pasquín. Posteriormente yo cedería una participación a mi hermano Pepe por su aportación en los comienzos.
El primer Consejo de Administración estuvo constituido por Buenaventura Rull Gascó como presidente, Francisco Carbó Batet como secretario y Enrique Falcón Morellón, Emilio Bellvis Montesano y yo mismo como vocales, llevando yo la dirección ejecutiva de la empresa durante 30 años, hasta que en 1988 se vendió la mayoría de capital a la multinacional holandesa Curver.
Bellvis Montesano que también fue el primer maestro de taller, era un hábil mecánico, mejor que maestro, y cesó en este puesto a finales de 1962. Por su incipiente abandono de la empresa, antes de que se construyera la factoría de la carretera de Logroño, no tuvo Bellvis, participación alguna en la total introducción de la fregona en España ni en el espectacular desarrollo de la sociedad. Fue sustituido por un perito industrial, Félix Roche Arnas, que dio un gran impulso a la producción. En 1964 vendió Bellvis sus acciones y consecuentemente cesó como consejero, siendo nombrados entonces consejeros Indalecio Velasco Villamar y Jorge Vilardaga Roig. Posteriormente entró en el Consejo Estanislao Tintoré Pascual, y estos fueron los únicos consejeros durante los 30 años. Los socios y especialmente los consejeros fueron durante todos estos años mis mejores amigos y retirados ya, siguen siéndolo y la estabilidad en la empresa, después de la marcha de Bellvis fue una de las causas que contribuyeron al éxito industrial de la sociedad.
Fue muy fructífera la actuación del Consejo de Administración con grandes expertos comerciales, Rull, Falcón y Carbó y los demás, consejeros muy ecuánimes, Velasco, médico; Vilardaga, arquitecto y Tintoré químico, así como yo mismo ingeniero aeronáutico.
También más adelante me referiré a Emilio Bellvis Montesano y estas ollas a presión, por las manifestaciones contrarias a la realidad que hace su hijo Emilio Bellvis Martín a los medios de comunicación y en el mismo Internet, sin duda debido a su ignorancia.
El domicilio Social se estableció en la calle Princesa, 17 de Zaragoza donde en el mismo año se adquirió un local de 145 m2 que pocos años después se ampliaría a 450 m2., antes de trasladarse la empresa a la factoría construida en 1966 en la carretera de Logroño que después de sucesivas ampliaciones ocupa 9.000 m2
Además de los señores Jalón y Bellvis, los socios fundadores fueron el primer representante, Enrique Falcón Morellón, el primer cliente catalán, hermanos Buenaventura y Domingo Rull Gascó, Manuel Carqué Gascón por entonces amigo de Bellvis y después mío, y mis primos y amigos, Isidro y Jorge Claret Corominas, Indalecio Velasco Villamar, Enrique Miquel Romero, Santiago Vila de Despujol, Carlos Riviere Ribas, Francisco Carbó Batet, Carmen Seriñana Bayer, Ana Mani, Carlos Dezcallar Alomar, Manuel Soucheiron Caze, Jorge Vilardaga Roig y José María Pasquín. Posteriormente yo cedería una participación a mi hermano Pepe por su aportación en los comienzos.
El primer Consejo de Administración estuvo constituido por Buenaventura Rull Gascó como presidente, Francisco Carbó Batet como secretario y Enrique Falcón Morellón, Emilio Bellvis Montesano y yo mismo como vocales, llevando yo la dirección ejecutiva de la empresa durante 30 años, hasta que en 1988 se vendió la mayoría de capital a la multinacional holandesa Curver.
Bellvis Montesano que también fue el primer maestro de taller, era un hábil mecánico, mejor que maestro, y cesó en este puesto a finales de 1962. Por su incipiente abandono de la empresa, antes de que se construyera la factoría de la carretera de Logroño, no tuvo Bellvis, participación alguna en la total introducción de la fregona en España ni en el espectacular desarrollo de la sociedad. Fue sustituido por un perito industrial, Félix Roche Arnas, que dio un gran impulso a la producción. En 1964 vendió Bellvis sus acciones y consecuentemente cesó como consejero, siendo nombrados entonces consejeros Indalecio Velasco Villamar y Jorge Vilardaga Roig. Posteriormente entró en el Consejo Estanislao Tintoré Pascual, y estos fueron los únicos consejeros durante los 30 años. Los socios y especialmente los consejeros fueron durante todos estos años mis mejores amigos y retirados ya, siguen siéndolo y la estabilidad en la empresa, después de la marcha de Bellvis fue una de las causas que contribuyeron al éxito industrial de la sociedad.
Fue muy fructífera la actuación del Consejo de Administración con grandes expertos comerciales, Rull, Falcón y Carbó y los demás, consejeros muy ecuánimes, Velasco, médico; Vilardaga, arquitecto y Tintoré químico, así como yo mismo ingeniero aeronáutico.
