LA HISTORIA DE LA FREGONA
Por Manuel Jalón Corominas

24.- Emilio Bellvis Montesano, sus fregonas y las ollas expres.

No contaría lo que sigue, si no fuera porque Emilio Bellvis Martín se ha venido dirigiendo pertinazmente a todo tipo de medios de comunicación, magnificando la participación de su padre Emilio Bellvis Montesano en la historia de la fregona, con evidente desconocimiento de la realidad y después de haber sido advertido notarialmente.

Pero primero permítanme que cuente, porque tiene cierto paralelismo con el tema de la fregona de Bellvis Montesano, el episodio de la olla expres de su padre Camilo Bellvis Calatayud que también afectó a Manufacturas Rodex, S.A.

En los principios de esta empresa, Emilio Bellvis Montesano comenzó a fabricar para la misma, ollas a presión, cuando el 25 de junio de 1959 recibimos un requerimiento notarial de su padre, Camilo Bellvis Calatayud conminando a la empresa a abandonar su fabricación, amenazándonos, si proseguíamos, con toda clase de acciones legales, civiles y penales.

Lo justificaba como titular del modelo de utilidad nº 6.742 solicitado el 19 de agosto de 1941, que protegía la tapadera ovalada del tipo que precisamente queríamos aplicar.

Emilio Bellvis Montesano tenía a mucha gala que su padre hubiera sido el inventor en el mundo de la olla expres.

En un reportaje publicado en Heraldo de Aragón del día 9 de enero de 1994 se recogen unas declaraciones suyas hechas en fecha anterior: "El invento de la olla expres data de 1918 y el inventor fue mi padre, Camilo Bellvis Calatayud, que la bautizó con este nombre".

En la publicación "Una retrospectiva del producto industrial y la empresa en Aragón" de la Diputación General de Aragón se detallan los desvelos del talante innovador de Camilo Bellvis Calatayud para hacer más cómoda la vida cotidiana: "Comenzó a gestarse la olla a presión en 1917 y después de tres años de ensayos y pruebas patentó -Camilo Bellvis Calatayud- su invento, llevado de su espíritu emprendedor".

Incluso en la plaza Mozart de Zaragoza, el Ayuntamiento de la ciudad levantó un monumento en el que, grabado en piedra, reza que Camilo Bellvis Calatayud fue el inventor de la olla expres en el mundo.

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Pues bien, recientemente, en el año 2002 -enlace a la izquierda- descubrí por azar que la invención de la olla expres por Camilo Bellvis Calatayud es todo un montaje carente de veracidad mantenido a lo largo de una generación induciendo a engaño Emilio Bellvis Montesano al periodista Alfonso Zapater y a los lectores de Heraldo de Aragón y, quien sea de la familia Bellvis, a la Diputación General de Aragón y al Ayuntamiento de Zaragoza. La olla expres la inventó José Alix Martínez, que la registró como patente de invención con el nº 71.143 el 18 de octubre de 1919, con el título de "Una olla para toda clase de guisos que se denominará olla expres". Eso sí, los derechos de esta patente los cedería su inventor el 16 de julio de 1925 a Bellvis y Montesano (Camilo Bellvis Calatayud y su cuñado José Montesano Cervelló) que, según el hijo de Alix Martínez eran capataces de la industria de su padre.

Pero no termina aquí el "affaire". El Modelo de Utilidad nº 6.742 con el que nos amenazó Camilo Bellvis Calatayud, como descubrimos muy posteriormente, resultó haber sido solicitado ilegalmente, conforme a la normas reguladoras de propiedad industrial, y por lo tanto nulo o anulable, por haber vuelto a reivindicar, como él sabia muy bien, características de la tapadera ovalada de la patente nº 71.143, que habían quedado ya de dominio público el 18 de octubre de 1939, una vez transcurridos los veinte años desde la fecha de su registro.

Ante el éxito de las fregonas y diversos problemas que surgieron con las ollas, la empresa decidió abandonar su fabricación antes de que Bellvis cesara como jefe de taller.

SUS FREGONAS

El 13 de enero de 1959 Emilio Bellvis Montesano registra un escurridor de mopas como modelo de utilidad (no Patente de Invención) Nº 74.587. En España ya se habían registrado antes otros modelos Nº. 4.528 y 34.262, similares, de mejores características, pero ninguna Patente de Invención como sería la de Manuel Jalón Corominas.

En esta fecha y desde que se constituyo Manufacturas Rodex, S.A. en octubre de 1958, Bellvis era consejero y jefe de taller, a sueldo de la empresa.

En estas circunstancias se niega a admitir que las mejoras y desarrollos de nuevas fregonas entran dentro de su obligación laboral, ética por descontado, y exige por el contrario que la posible explotación de su modelo por Rodex sea mediante contrato y pago de un "royalty".

Esta actitud le enfrenta con el Consejo de Administración, e incluso con personas de la empresa que conocían sus exigencias, y su actitud contrasta con la actitud de los demás consejeros que ponen todos sus conocimientos y medios a disposición de la sociedad, de forma desinteresada.

En toda la larga vida de la empresa nunca ningún directivo técnico exigió el pago por sus nuevas ideas sobre fregonas, que las tuvo y muy fructíferas. Yo mismo no cobraría una peseta por los sesenta millones de fregonas realización de mi patente de invención ya citada nº 298.240 que idee cuando ya trabajaba en la empresa, ni por ninguno de mis pequeños pero rentables inventos.

Ante la duda del éxito que podría tener su escurridor de mopas y el uso que en otro caso pudiera hacer de su registro como Modelo de Utilidad -y lo hizo posteriormente vendiéndolo a Alchemika, la competencia de Rodex-, decidió la empresa suscribir con Bellvis el contrato del 21 de agosto de 1961, aunque fuera sintiendo yo vergüenza ajena. Por cierto que a Alchemika no le sirvió de nada este modelo y terminó fabricando sus fregonas MIK con licencia de mi patente de invención nº 298.240

Con este hecho se creó Bellvis en la empresa un ambiente poco positivo, máxime cuando iba mal el desarrollo de la olla a presión que fabricábamos y cuyo modelo había constituido su principal aportación en la constitución de la sociedad. Por otro lado, su forma de dirigir el taller no era satisfactoria para el Consejo ni para algunos de los propios operarios. Ya he contado cómo al sustituir a Bellvis por un perito industrial, Félix Roche, la producción experimentó un gran impulso.

Construimos un prototipo de este escurridor, que por cierto todavía conservo, y vimos que no tenía ninguna ventaja con relación al escurridor de mopas que Juan Gunfaus Navarro se había adelantado a presentar en el mercado.

En vista de ello desarrollamos un nuevo escurridor que llamamos EXPRIMO entre el propio Bellvis, Gabriel Salcedo, el operario encargado de prototipos y yo mismo.

Quedé con Bellvis en no registrarlo -se suponía que por Rodex- para evitar oposiciones y que, de vernos obligados, quizás por acción del propio Gunfaus Navarro, supondríamos que era una realización de su modelo 74.587

El modelo EXPRIMO lo lanzamos al mercado en agosto de 1962 y aunque lo mantuvimos en catálogo hasta 1965, no tuvo el éxito esperado y se fueron vendiendo pocas unidades.

Como ya hemos contado, el modelo estrella de Rodex seguía siendo entonces y hasta 1967, la fregona modelo "DOMESTICO", con escurridor de rodillos.

Bellvis cesa como jefe efectivo del taller a finales de 1962. Bellvis inicia la fabricación de fregonas por su cuenta, que llama "super friegalavasuelos EMBELL" y en 1965 vende sus acciones de Rodex. El mismo mes promueve un juicio contra Rodex por impago de "royalties" del modelo EXPRIMO que según Bellvis corresponde a su modelo 74.587, contra el criterio que sustenta Rodex.

Por la confusión de un perito, la Audiencia al final nos obliga al pago de poco dinero por el reducido número de unidades vendidas.

Pero aquí viene la nueva sorpresa, descubierta al tiempo del "affaire" de la olla expres. Nos enteramos que Emilio Bellvis Montesano había solicitado el 23 de marzo de 1961 y a su propio nombre, a espaldas mías, el registro del modelo EXPRIMO, que le sería además denegado el 30 de mayo de 1962 (BOPI 1-7-62) antes de que interpusiera la demanda en 1965.

Es decir cuando Bellvis solicita a su favor el registro del modelo EXPRIMO Nº 90.367 es porque lo considera diferente de su modelo 74.587, todo lo contrario de lo que aseguró en el juicio: Que ambos modelos son iguales. De donde resultó que cobró siquiera una pequeña cantidad por el modelo EXPRIMO que previamente le había sido denegado por el Registro de la Propiedad Industrial.

Por lo que se ve, el modelo Bellvis nº 74.587 no tuvo importancia alguna. Tampoco Bellvis tuvo éxito con sus fregonas, abandonó su fabricación e ingresó de nuevo en los talleres de Aviación.



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